Maninidra

MANINIDRA
Maninidra y Doramas eran de la misma edad. Desde muy niños fueron amigos y confidentes, a pesar de que se vieron obligados a jugar a escondidas debido al rigor con que se solía tratar la diferencia de clases, desde la vestimenta hasta el corte de pelo, que Doramas como villano debía llevar corto.
Los dos eran fuertes, valientes y amantes de la lucha. Solían ir a pescar, practicar el juego del palo y emprender reñidas carreras por senderos dificultosos cuando asistían al AlmogarénAlmogarén Almogarén: templo donde los jóvenes eran instruidos. en las montañas de Tirma o Amagro.
Precisamente, por los riscos de Tamadaba se despeñó Maninidra un día cuando perseguía a un puerco salvaje y coincidió su paso con un desprendimiento del terreno. A pesar de que la espesa niebla enroscada en el precipicio impedía cualquier intento de rescate, Doramas acudió rápidamente en su ayuda guiándose por los lamentos de su amigo malherido e inmóvil y llegó hasta él tras un duro y arriesgado descenso que le dejó muchas magulladuras en su cuerpo. Luego, lo cargó hasta la cima dejándolo a salvo al cuidado de Cigüé y corrió a buscar ayuda haciendo un desesperado esfuerzo para que esta no llegara demasiado tarde.
Gracias a la rapidez de Doramas en el rescate, y a su gran fortaleza, Maninidra se recuperó de las graves heridas, aunque tardaron un tiempo en cicatrizar. Desde aquel día en que le salvó la vida, Doramas no se separó de él; y nadie, nunca, pudo interponerse en su amistad.
La noticia de la muerte del GuanartemeGuanarteme Guanarteme: Rey. le hizo recordar a Doramas las enseñanzas que recibió de Guayahún, el guayreGuayre Guayre: Consejero. de mayor edad de los seis con que contaba el guanartemato, y abuelo de Maninidra. Siempre sintió especial interés por ser instruido igual que los niños de la nobleza, privilegio al que no podía acceder por pertenecer a la casta más humilde. Pero cuando su amigo intercedió por él ante su abuelo, llegó a convertise en su alumno más aventajado.
Los chicos de la nobleza se instruían en las leyendas y hechos gloriosos de sus antepasados, al tiempo que se preparaban físicamente para la lucha. A Doramas le intrigaba mucho el pasado, pero no menos el incierto futuro. A menudo se preguntaba cómo habría sido la vida en la isla cuando los doce cantones de tribus rivales se enfrascaban en inútiles guerrillas que solo aumentaban los rencores entre ellos. A partir de las enseñanzas de Guayahún, imaginó a Andamana, mujer hermosa, valiente y decidida, casada con Gumidafe, respetado jefe guerrero del cantón de AgáldarAgáldar Agáldar: Gáldar. que por su desarrollo poblacional, cosechas y calidad de los pastos para el ganado, era la parte más rica de la isla. Juntos lograron unificar el desmembrado territorio aunando astucia diplomática y dotes de mando, convirtiéndose así en los primeros reyes de la isla.
Para apaciguar las antiguas rencillas entre los distintos poblados, Gumidafe y Andamana concedieron algunos poderes a los guayres, con la obligación de rendirles tributo de vasallaje y con el fin de que toda la isla quedara bajo su autoridad. Fueron unos años de paz y prosperidad que se perpetuaron con su hijo Artemi, convertido en héroe, al que se honraba en el recuerdo por haber vencido con gran ventaja a las tropas de Juan de Bethencourt, señor de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro, y malogrando así su intento de arribar a las playas de Arguineguín, allá por el año 1405, en una gesta que le costó la vida.


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