Capítulo 10

10

Las chavolas eran largas, rectangulares. Disponían de una sola entrada y de cuatro ventanucos en cada lado. En cada una había ocho catres. Al fondo, un bidón de zinc con agua. El suelo era esa arena dura y plagada de conchas del desierto que un día fue mar. El calor era asfixiante.

A nosotros nos tocó la chavola número 2. Extenuados por el viaje nos tumbamos enseguida. Intenté dormirme, pero, en el caluroso duermevela, sentí, a mi derecha, un quejido sordo exhalado por el Poeta.
–Pedro, ¿estás bien? ¿Te está fastidiando el reumaReuma Se habla de reuma o de reumatismo para referirse al conjunto de dolores o molestias relacionados con el aparato locomotor.?
–No. No me duele el cuerpo –respondió–. Es por el cuaderno. Alguien tiene que contar lo que nos está pasando. Por si acaban con nosotros…
De pronto, me senté al borde del catre mirándolo con rabia.
–Mírame bien, Poeta. Y escucha. Nadie va a acabar con nosotros. No los vamos a dejar. Si nos ordenan marchar, marcharemos los kilómetros que haga falta. Si nos ordenan trabajar, trabajaremos. Si nos ordenan comer tierra, comeremos tierra. Pero no van a acabar con nosotros. Aguantaremos.
–¿Aguantar? ¿Para qué? ¿Qué esperanza tenemos, Tigre?
–Todas. De hecho, nos han quitado todo: la familia, los amigos, la libertad. Nos han quitado hasta la propia tierra de debajo de los pies. Lo único que realmente nos queda es la esperanza. Y no voy a permitir que eso también nos lo arrebaten. Ni a ti, ni a mí. ¿Está claro?

Pedro esbozó entonces una sonrisa, y un brillo extraño y dulce le iluminó el semblante.
–A la mar fui por naranjas… Lo miré con extrañeza.
–¿No conoces esa copla, Tigre? Es una malagueña. Me la solía cantar mi madre. «A la mar fui por naranjas, cosa que la mar no tiene. Metí la mano en el agua. La esperanza me mantiene».
Se hizo un silencio. Yo volví a tenderme en el jergón. Entonces oí de nuevo la voz de Pedro.
–De todos modos, tengo que buscar alguna forma de escribir sin que me lo confisquen.

–No puedes estar sin escribir, ¿verdad?
–Cuando escribo, soy libre.


Juego de lógica

Con las siguientes instrucciones resuelve el problema de lógica completando la tabla que verás a continuación.

  • El más joven se llama PEDRO y tiene 40 años. El compañero que tiene un año más vive en ARUCAS.
  • El compañero que tiene 44 años es ALBAÑIL.
  • El compañero que vive en TACORONTE tiene 43 años y fue PRESIDENTE.
  • Quien vive en TELDE es POETA y no se llama LUCIO.
  • BORO es BOXEADOR y no vive en TENERIFE, como MANOLO.
  • Quien tiene 42 años es POLÍTICO y no se llama ANTONIO, como quien vive en GÁLDAR.