Capítulo 4: La cuadra de caballos

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LA CUADRA DE CABALLOS

Al llegar la noche, Martín parecía ansiosoAnsioso Ansioso: Que siente inquietud o angustia.. Sus padres no salían de su asombroAsombro Asombro: Sorpresa que se produce por algo inesperado o impensado.. El pequeño cenaba y se iba rápidamente a la cama. No pedía más tiempo para ver la tele ni para jugar a los videojuegos. Cada día tardaba menos en dormirse.

Por fin, llegó el momento del encuentro con Romeo.

—¿Cuál es nuestra siguiente parada, Romeo? —preguntó muy emocionado.

—La cuadra de caballos.

—No sé, pero una cuadra de caballos no es muy divertida que digamos…La verdad es que no me gustan demasiado —confesó Martín.

—Confía en mí, te gustará. Esta es una cuadra muy especial. Tiene un parque donde hay toboganes, columpios y balancines enormes. Los caballos se pasan todo el día jugando. Además, no hay ningún caballo marrón, ni negro, ni blanco, son todos de colores muy brillantes. Y todas las colas son diferentes: unas azules, otras amarillas, otras verdes… Tampoco tienen la misma forma: unas lisas, otras rizadas y otras con muchas, muchas, muchísssimas trenzas. Y, ya verás, no relinchan estos caballos. Unos ladran, otros maúllan y otros croan.

—¡Ven, Romeo! Vamos a subirnos en estos caballos saltarines. ¡Es muy divertido!

Cuando ya estaban cansados de jugar, limpiaron las cuadras y peinaron a los caballos.

***

A la mañana siguiente, Martín hizo algo que llevaba mucho tiempo sin hacer: sacó a su perro a pasear, jugó con él en el parque y lo peinó antes de cenar. «Hay que ver…», pensó Martín, «tenía un buen amigo para jugar y no me había dado cuenta. Además, me necesita, y solo con un poquitín de esfuerzo lo hago más feliz. También él quiere jugar conmigo».

Por la noche, Martín, muy ilusionado, le contó a Romeo lo que había hecho.

—¡Romeo, Romeo! —gritó Martín—. Ya tengo otro amigo. Bueno, lo había tenido siempre, pero no lo había visto nunca.

—Explícame eso porque no lo entiendo.

—Tienes razón, suena un poco raro… Resulta que yo tengo un perro y no lo sabía. A ver, sabía que tenía un perro, pero no sabía que era mi amigo. ¡Es fantástico! Además, me necesita para algunas cosas y, a su manera, me da las gracias siempre. Romeo, estoy descubriendo cosas que tenía delante de mis ojos y no podía ver.