Y el ruido del mar.

Fei notaba el pesado aliento del viento matutino y frío sobre su espalda mientras esperaba al metro. Aunque le costase reconocerlo, había echado de menos esa vida: La gran cantidad de gente que concurría el transporte público en las horas más tempranas, la prisa en el ambiente, los letreros de neón de los establecimientos a medio fundir, los hombres de negocios que vociferaban toda clase de instrucciones a sus teléfonos y, en general, todos aquellos factores que fomentaban esa sensación de estar completamente solo dentro del tumultoTumulto Tumulto: Motín, alboroto producido por una multitud: de personas que caminan de aquí para allá, como autómatas. Ahora que comenzaba a adaptarse a ello de nuevo, sabía que estaba en casa.

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