Isla de Lanzarote. La erupción. (Pgs. 15 – 21)

El primero de septiembre de 1730, entre las nueve y diez de la noche, en Chimanfaya se abrió la tierra y se elevó una montaña de piedras y escoriasEscorias Escorias: Cenizas volcánicas. ardientes emergidas de las profundidades por cuya cima echaba fuego y explosionaba. Desde el interior de la tierra estuvo vomitando fuego durante diecinueve días, atemorizando a los insulares y obligando a desplazar a los vecinos.
LuegoLuego Luego: Después. de apaciguarse y cuando parecía que por fin habían llegado la calma y el sosiego para los lanzaroteños, el día 10 de octubre, dos nuevos puntos distintos a Chimanfaya erupcionaron con gran estruendo: llevaron el caosCaos Caos: Gran confusión y desorden. a la isla, enterraron aldeas, arrasaron campos de cultivos y dejaron los ríos de lava ardiente a su paso; una catástrofe sin medida. MaretasMaretas Maretas: Hondonadas grandes hechas en el terreno para recoger el agua de lluvia., aljibesAljibes Aljibes: Depósitos subterráneos de agua., tahonasTahonas Tahonas: Molinos de harina cuya rueda se mueve con caballerías; también se llama así al molino de mano para hacer gofio., iglesias, casas y cultivos naufragaron en aquel mar de piedra ardiente, transformando la isla como si la obra del Creador hubiera quedado incompleta en el principio de los tiempos.
Gentes de los pueblos sepultados se desplazaron hacia el norte y hacia los puertos donde trataban de embarcarse hacia otras islas huyendo de la muerte. El ganado moría asfixiado por los gases maléficos de los volcanes. El hambre tocaba a la puerta en muchos hogares; entonces se preparaba bulto o velilloVelillo Velillo: Envoltorio generalmente de tela en el que se portaban ropas. con lo poco que tenían y se echaban a las playas en busca de navíos que los sacaran clandestinamente de la isla.
La Iglesia, por otro lado, trataba de calmarlos como ocurriera con Lorenzo Curbelo, cura de Yaiza, cuyas peticiones de abandonar la isla siempre fueron rechazadas por el obispado. Este cura, años más tarde, en 1744, redactaría a modo de diario dieciséis meses del proceso eruptivo histórico más largo de Canarias, pues aquello que había empezado en 1730 se prolongaría hasta 1736.
La erupción de Chimanfaya vino a sumarse a una situación bastante precaria en la producción agrícola de Lanzarote, suponiendo por tanto un gran descalabro para la supervivencia en la isla.

Marcar el Enlace permanente.

Comentarios cerrados.