Montaña arriba

Sin darse cuenta, Marcos se alejó demasiado persiguiendo a Sico. El travieso perro echó a correr montaña arriba sin atender a sus llamadas.

Preocupado por su compañero de juegos, dejó atrás las últimas casas del pueblo y trató de alcanzarlo subiendo a la cima más alta de las muchas que rodeaban el valle.

Para un chico deportista y bien entrenado como él, la escalada no tenía por qué ser complicada, pero el terreno resbaladizo y el intenso calor de los primeros días de agosto no se lo pusieron fácil. Subía llamándolo y dando silbidos, pero solo respondía el eco. Volvió a llamarlo con insistencia desde una piedra de gran tamaño y ni rastro.

Por un momento, pensó en rendirse y regresar. Enseguida desechó la idea, pues no estaba dispuesto a perder a su mejor amigo y, a pesar del cansancio, decidió seguir adelante bajo un sol abrasador quemándole la piel.

De pronto, oyó unos ladridos que venían de lo alto. Levantó la vista y allí estaba Sico dando brincos por la ladera, moviendo el rabo de contento.

—¿Dónde estabas, pillín? —dijo con cierto enfado.

El perro no dejaba de saltar y darle lametazos. Marcos le devolvió las caricias y notó que tenía el hocico mojado, eso indicaba que había estado bebiendo agua muy cerca de allí.

Sico era muy inteligente y, por instinto perruno, supo que Marcos estaba agotado y sediento, por lo que rápidamente volvió a subir animándole a que le siguiera.

Viendo que le costaba caminar, buscó por los alrededores y le trajo entre los dientes una gruesa rama seca para que la usara como bastón. A Marcos no le quedó la menor duda de que Sico quería enseñarle algo muy importante. Haciendo un gran esfuerzo, continuó el ascenso por una estrecha vereda llena de zarzas.

Unos cuantos pasos más y se encontró ante la entrada de una enorme cueva en la que manaba agua de un nacienteNaciente Naciente: Un manantial, naciente o vertiente es la fuente natural de agua y no el agua que brota de la tierra o entre las rocas.. Atraído por la humedad que desprendía, entró a beber con apuroApuro Apuro: Situación comprometida que no se sabe resolver o superar, o en la que no se sabe cómo reaccionar o actuar.; luego se refrescó la cara y también la cabeza. Sico chapoteabaChapoteaba Chapoteaba: Hacer ruido en el agua golpeándola o moviéndola, especialmente con los pies y las manos. con ganas salpicándolo todo.

El agua cristalina brotaba desde el centro de la cueva formando un riachuelo que se perdía en su interior. En las paredes, empapadas de gotitas que resbalaban sin prisa, crecían los musgos, y en el techo, una amplia grieta dejaba pasar la luz del sol.

Tendido en el suelo, Marcos contempló aquel lugar cautivadoCautivado Cautivar: Atraer de manera irresistible a alguien por el encanto, la gracia, la belle por el sonido del agua que fluía a borbotonesBorbotones Borbotón: Erupción del agua u otro líquido que surge de abajo hacia arriba o de dentro hacia fuera formando burbujas. con un ritmo cantarín muy relajante.

Así estuvo ni se sabe el tiempo, fascinadoFascinado Fascinar: Atraer irresistiblemente la atención de una persona. ante el magnífico descubrimiento del que nunca había oído hablar a pesar de estar en los límites del pueblo. Sico lo miraba alborotado y feliz al verlo ya recuperado.

—¿Cómo es posible que aquí haya tanta agua mientras mi pueblo se muere de sed? —se preguntó, y al momento se levantó gritando—: ¡Voy corriendo a decirle a la gente que aquí está toda el agua que necesitamos!

—¡NO SIN MI PERMISO! —se oyó por toda la gruta.

Sico agachó las orejas y empezó a ladrar escondiéndose detrás de Marcos, al que ya le temblaban las piernas. Sin saber de qué lado venía aquella misteriosa voz de trueno que retumbó por todos los rincones, los dos se abrazaron a la espera de lo que pudiera pasar.

La repentina aparición de una figura exageradamente alta, de abundante cabellera y espesa barba plateada, los dejó perplejosPerplejos Perplejo: persona que tiene dudas sobre lo que debe hacer o decir.. Vestía una túnica azul sobre la que colgaba, a la altura del pecho, un gran medallón en forma de gota de agua que desprendía brillantes destellos.

A Marcos le dio un vuelco el corazón. Tembloroso, quiso preguntar quién era, pero no pudo hablar porque no se había recuperado del susto y no le salían las palabras. Sico gruñía con el cuerpo a ras de suelo, trincando el hocico para que no se le notara el castañeteo de dientes. Siempre le gustó presumir de valiente.

Llenos de curiosidad, examinaron con cara de asombro al extraño personaje que, adivinando la intriga, se presentó de inmediato.

—¡Soy el Mago del Agua, guardián de la Senda de los ManantialesManantiales Manantial: Lugar de donde brota agua de forma natural.! —dijo en tono solemne—. ¿De dónde vienes, muchacho?

—Del pueblo de Llanoseco —contestó Marcos con un hilito de voz.

—Ahora comprendo tu sorpresa. ¿Nadie te ha contado nunca lo que ocurrió en tu pueblo? —el niño contestó negando con la cabeza, conteniendo el aliento—. ¿Ah, no? Pues ha llegado el momento de que lo sepas. ¿Cómo te llamas?

—Me llamo Marcos y este es mi amigo Sico.

El Mago del Agua le puso una mano en el hombro y salieron de la cueva.

Se sentaron sobre unas piedras rodeadas de juncosJuncos Junco: Planta herbácea, de tallo recto y flexible, que crece dentro del agua o en lugares húmedos, donde forma matas compactas.. Sico prefirió tumbarse a la sombra de unos cercanos matorrales. Seguía desconfiado y, aunque un poco más relajado, se mantuvo distante. En cambio, a Marcos, a pesar del sobresalto inicial que lo dejó sin voz, el Mago del Agua le inspiró confianza y se dispuso a escuchar con especial atención la historia que con tanto interés quería contarle.

El mago comenzó a hablar con voz pausada:

—Hubo un tiempo en que tu pueblo era el más hermoso del valle. El viento alisioAlisio Alisio: Los vientos alisios son un viento de las regiones intertropicales (entre 23°27 norte y 23°27 sur), que sopla de manera regular de este a oeste desde las altas presiones subtropicales., recolector de nubes, se encariñó con el paisaje y lo visitaba con frecuencia. Llegaba con su frescor nuboso descargando lluvia hasta empapar las fértiles tierras. Llanoverde, que así se llamaba entonces, era un precioso pueblo donde el agua era la protagonista. Lo atravesaba un pequeño riachuelo y en cada calle había un pilarPilar Pilar: Construcción junto a una fuente que sirve de abrevadero o de lavadero.. Era fácil ver fuentes y acequiasAcequias Acequia: Canal o presa por el que se conduce el agua para regar o para otros fines por los alrededores del alegre caserío. Una verdadera delicia pasear por sus sombreadas alamedasAlamedas Alameda: Paseo con álamos o con árboles de otra clase.. Cerca giraban los molinos de agua.

El pueblo era famoso en toda la comarca no solo por sus buenos productos, sino por la belleza del entorno, rodeado de bosque al pie de las montañas. La paz y el aire sano que se respiraba, unido al buen clima y a las bondades de sus aguas, atraían a cientos de visitantes.

Llegó un momento en que, fuera de toda razón, los habitantes del pueblo la gastaron sin medida. Dejaban al grifo abierto sin ninguna necesidad, regaban los campos hasta anegarlosAnegarlos Anegar: Cubrir un lugar de agua. por completo, abrían las compuertas de los embalses resultándoles divertido ver cómo litros y litros de agua se perdían inútilmente, vaciaban pozos y estanques…

Por si fuera poco, un día apareció por allí la Maga Grisura, oscura y tenebrosa, que odiaba el verde de la naturaleza y prefería la contaminación al aire puro, los humos negros al cielo azul y el ruido molesto al canto de los pájaros. Con su magia, convenció a los vecinos para que la malgastaran aún más y sin contemplaciones toda el agua que les fuera posible.

En fin, que el derroche del preciado líquido fue constante sin que nadie les advirtiera del riesgo de una sequía y del peligro que todo ello suponía.

Hasta que el cambio climático hizo que se agotaran los acuíferosAcuíferos Acuífero: Terreno que contiene agua o acumulación de la misma en un estrato subterráneo., depósitos naturales que eran la verdadera riqueza del lugar.



Marcar el Enlace permanente.

Comentarios cerrados.